25.9.11

con el tiempo

Con el tiempo

Con el paso de los meses encadenados (podría decirse también, años encadenados), he aprendido a reír llorando y a llorar riendo, pero he aprendido, sobre todo, a dibujarme una sonrisa perfecta en mi boca imperfecta a tiempo. Muy a tiempo. Antes. Antes de que las personas adviertan el grado de tristeza y pena que me inunda. El escalón de infortunio en el que me hallo sentada, queriendo esconderme, y pasar desapercibida, agachada, cogiendome las rodillas y sin hacer ningun tipo de ruido. 
Con el paso del tiempo he aprendido a usar corazas, a maquillarme una bonita cara y tapar mis ojeras y mis lamentos. He aprendido también a decorar mi vida con una canción alegre y pasar de puntillas entre todas las personas que me rodean, y pueden presumir de felicidad casi absoluta, o plena por momentos, que viene a significar siempre algo grande, algo que me muero por tener y contar y así sonreír sin tener que acudir corriendo al baño y coger un pintalabios cualquiera y pintarme cual payaso en su escena de rigor para el circo en que trabaja. Así me siento. Pero no quiero pintarme más sonrisas. Ya no. Ha pasado mucho tiempo. Pero también sé que queda mucho para que ya no me queden motivos por los que hacer uso de cualquier pintura y retocarme los labios y enseñarle al mundo que yo también soy feliz.















-MARISA-1999-











24.9.11

somriu

Y mirar con orgullo y gracia a esas arrugas que se afinan alrededor del rabillo de nuestros ojos, y ver a través de un par de arrugas que hemos sido muy felices; pero que, todavía tenemos la oportunidad más grande la más importante: la de seguir siéndolo.













-MARISA-1999-

21.9.11

come as you are

Al final, todos queremos ser auto-suficientes. Queremos hacer lo que nos da la gana: con nuestro pelo, con nuestra ropa, con nuestros estudios, con nuestras acciones. Queremos ser auto-suficientes con nosotros mismos y no necesitar del cariño de nadie para seguir adelante. Pero por alguna razón biológica todos tenemos tendencia a depender de los demás.
Así que no puedo prometerte no depender de ti, pero tampoco puedo prometerte que no habrá alguien que me proteja mejor del mundo. La independencia sentimental no existe, ya deberías ir decidiendo si tú estas conmigo o yo estoy sin ti.


اسكت ويقبلني
Carmen.

18.9.11

sshhhs

Tengo un sentimiento contradictorio: odio y a la vez, aprecio al silencio. Me ayuda a pensar, reflexionar y decidir. Me alarga las noches y me roba tiempo. Me empuja a gritar, a abrir las ventana y a hacer ruido con mis pies descalzos. Me infunde gramos de miedo y a la vez nostalgia y tensión. Es un sentimiento puro, pero contradictorio. Y casi todos los días intento hacerlo desaparecer con cualquier canción que me llegue tan tan adentro, que en cuestión de segundos mi mente ya está volando hacia ese recuerdo que sí logré vivir. Sí, te hace recordar, el silencio, las canciones, el aire y las paredes de tu cuarto. Las fotografías, una palabra y un gesto particular. Todo eso te hace pensar en lo que has tenido y ya no tienes, pero con suerte, al final, después de tanto recordar, nace en ti una sonrisa. Sólo tú has vivido ese momento que irremediablemente se iba a convertir en un recuerdo más de tu propia vida. Pero es tu vida, y sólo por eso merece la pena recordar. Y merece respeto el silencio, a veces, sólo a veces. Y siento que a veces las contradicciones son buenas.



BUDÚ MENCHOSO





















-MARISA-1999-

17.9.11

CC

Sábado por la mañana productivo con Carla Tomás, la próxima foto que veas suya va a ser en una revista, estoy convencida :)










16.9.11

¿lo ves?

Me falta tiempo y me sobran ojeras. Me duele toda mi espalda, me duelen hasta los párpados. Me odio por confiar, por volver a levantarme sabiendo que al próximo empujón, caeré. Me dejaré caer y volveré a herirme. Volverás a herirme. Lo sé. Sé que lo harás, aunque no quieras. Aunque no te des cuenta. Aunque no quieras darte cuenta o aunque ni siquiera te importe que yo necesite vivir. Como antes. Me dejaré caer antes de que tú me proporciones ese empujón que ya me has dado y me ha hecho caer. Me falta mucha paz y me sobra mucha tristeza. Me odio por volver a dejar abierta la puerta. Por pensar que todo esto es una espiral, que va enredándose y que, en estos momentos, me toca vivir con la línea más estrecha. Pero se está alargando demasiado. Demasiados días. Creo que puedo tener fuerza si me lo propongo, y creo que debería desdibujar tu sonrisa de mi mente, sólo así puedo entornar la puerta un poco, y pasar, yo, a respirar. Profundamente. Con tiempo y algo de silencio. Con los dos pulmones. Con ganas de vida. Creo que el hecho de haber formado parte de ti me obliga a querer nunca perderte, pero sé que ahora, de esta manera también me estoy haciendo daño. Me atrapas. Sabes hacerlo. Pero hoy digo no, hoy sí consigo cerrar la puerta y desconectar. Hoy sigo teniendo palabras para ti, pero tú no lo sabes. Algún día.
Y algún día cuando quieras abrir los ojos ampliamente y ver lo que has ido formando tan rápidamente, piensa, piensa todo cuanto quieras y en todo lo que quieras, pero dedica unos minutos a este mundo, al real. Y echa un vistazo a lo lejano que ha quedado el que tu creaste, con parte de mi ayuda. ¿Lo ves? Solo pedazos. A raíz de tus empujones, a raíz de mis caídas.













-marisa-1999-