2.12.11

pintarte

Hoy ya es tarde, pero aún así, he decidido dibujarte y pintarte. Los colores aún están húmedos. Me toca trazarte. Y he llegado a la conclusión de que si no te pinto, te pierdo. Bueno...quizá ya te haya perdido, pero de esta manera siempre” estarás”. Mañana estarás aquí, entre mis cosas, y mis otros lienzos. Me apetece pintarte, y poner en cada una de mis pinceladas un gramo de nostalgia, de sueño, de felicidad... Es todo tan extraño... te dibujo y al verte frente a mí, parece que estás presente... Mirándome y escuchando lo que digo. Leyendo lo que escribo, Apreciando lo que siento. Acabo de dibujar tus ojos... Esta noche pintaré tus labios. Esos que tantos y tantos besos me dieron sin pedirme nada a cambio.
Mañana seguirás aquí y permanecerás para siempre rodeado de mis cosas y ocupando el lugar más importante de mi mundo...










-marisa-1999-

26.11.11

sueño eterno

En su sueño él le visitaba, le abría los ojos, provocaba el nacimiento de una nueva y bella sonrisa en su rostro. Sus ojos quedaban iluminados y sus labios desprendían vida. Sus brazos parecían flotar en aquella ciudad marcada por tanta humedad y sus pies dejaron de notar la dureza del suelo agrietado que componía la acera en la que ambos se encontraban amándose. Él estaba como siempre, con su pelo castaño y sus ojos castaños también. Con sus labios finos y su vitalidad primando por encima de todo. Él aparecía vivaz, más vivaz que nunca; ella sabía que eso sólo podía estar formando parte de un sueño. Ella sonreía, y contenía sus nervios y su felicidad. Era una extraña pero lógica reunión de sentimientos guardados pero a punto de salir por los poros de su piel. Esos sentimientos, mezclados, tenían también una especie de conformación: su felicidad lo ocupaba todo. Absolutamente todo. Sus nervios quedaron un poco más aplacados, detrás de esa felicidad, impulsándole a acariciarle con las dos manos su rostro dorado. Él siempre había sido así, vivaz. Esa era la única palabra que ella utilizaba para definirle. Ella amaba la capacidad que él tenía para vivir la vida, para aprovechar cada segundo, para dominar al tiempo... Ella moldeaba en pensamientos su cuerpo, sus piernas, su torso y su cara. Sus cabellos rebeldes, sus ojos rasgados y sus pequeñas orejas. Se acordaba perfectamente, aún cuando estaba 9 largos meses sin verle, en cada facción suya, y cada parte de su cuerpo. En este sueño ella debía marcharse, él se adelantaba a frenar sus pasos y sellarle los labios con su dedo índice y al mismo tiempo, hablarle, y anticiparle a decirle que había una cosa que debía escuchar. Ambos se quedaron en silencio. Él esbozó una preciosa sonrisa. Una melodía comenzó a sonar, comenzó a oirse en toda la ciudad. El sonido parecía llegar de lejos, pero se escuchaba a la perfección. Él había conseguido que en la ciudad colocaran altavoces enormes, y había conseguido que sonara la melodía que quería hacerle escuchar. No era concretamente la canción que años atrás habían bailado, pero era una melodía que en cuestión de segundos les había transportado al máximo punto del amor. Su beso pareció eterno. Y su felicidad también. 












 







20.11.11

surrealista

Cansada del surrealismo. De lo increíble. Y hasta cansada de lo creíble, que escuece. Cansada de las mentiras, y de las verdades. Cansada del miedo que se esconde detrás de mis pestañas y nadie ve. Cansada de las lágrimas que se meten para adentro y nadie alcanza a contemplar en mí. Cansada de las cosas que pasan "porque tienen que pasar". Cansada de muchas de las cosas que se quedan pegadas a ti. Cansada de sentirme bronce, de sentirme piedra; cansada de sentirme así, como si no fuera capaz de poder llegar a ser oro, o diamante. Cansada de ver cómo alguien es calcita, y tú yeso. Cansada de que un simple roce te produzca un gran moratón. Y que ese moratón sea el principio y el final de todo. Ambas cosas a la vez. Y que esa persona no lo comprenda. Y que el moratón produzca un gran contraste en mi piel. Y mi piel no ha dejado de ser blanca. Es casi de un blanco puro. Suerte que poseo lunares de  muchos tamaños y  colores, y ellos son quienes aportan vida a mi piel. Cansada de verme obligada a convertirme en una mujer incrédula.











-marisa-1999-

18.11.11

blue jeans

Despiértame con tus ojos. Llámame con tu mente. Bésame con tus manos. Ámame con tus ganas. Lléname con tu ahora. Embriágame con tus sueños. Échame con sutileza. Pídeme que vuelva con sigilo. Suéñame cada noche y quiéreme sin decirlo. Actúa como si no lo supieras. Guárdate las palabras. Hoy quiero silencio. Tu silencio. Y tus ganas.









-marisa-1999-

13.11.11

What could have happened.

Ya habían llegado. Ella bajó de la moto y se quitó el casco, coqueta y espectante.
Él le siguió y quedaron así, uno frente a otro... Ella intentaba parecer tranquila, así que en ningún momento trató de desviar la mirada de sus ojos.
Todo aquello se podía calificar de incierto, enigmático, o incluso teatral, pero en ningún momento incómodo.
No obstante, ella no podía parar de acariciar su fular. Los dos se miraban. Los dos en silencio. Él se percató.
Él estiró de un extremo del fular, que se deslizó hasta abandonar por completo el cuello.
- ¡Eh!, ¿Qué haces?
Calló.Estiró el fular, lo puso alrededor de los ojos, dejándola sin visión. Lo ató con delicadeza.
Aunque ella no pudiera verlo, él le dedicó su mejor sonrisa.
Ella dijo:
-Sé lo que vas a hacer. Ahora que hemos llegado vas a dejarme aquí y te vas a ir sin avisarme.
Él soltó una carcajada.
-No seas tonta.
Silencio. Ella buscaba con las manos sus dedos, para no dejarle marchar. Él se moría de ganas de todo.
-Simplemente es que si continúas mirándome con esos ojos no me va a quedar más remedio que darte un beso.
Ella se puso roja, magenta, tomate, sus mofletes se convirtieron en los centros de dos banderas de Japón. Pero era pícara, y no iba a derretirse al instante.
-¿Y cómo funciona tu plan?
-No muy bien.
-Déjame ayudarte.
Soltó las manos, las levantó y buscó el nudo tras su cabeza. A tientas, dio un suave estirón al nudo que él había preparado y continuó mirando.
Él recorría su larga melena rubia, su cuello, el lóbulo de su oreja. Estaban cerca, muy cerca.
Aquel momento era penetrante, parecía que estaban los dados echados, y sin embargo ella desvió la mirada hacia abajo.
Él perplejo, se quedó de piedra mientras comprobaba cómo ella agarraba sus manos e inmovilizaba las muñecas de él mediante un precioso lazo...
-Simplemente es que si continúas acariciándome con esas manos no me va a quedar más remedio que permitir que me des un beso.
-¿Y cómo funciona tu plan?
-Realmente mal.
-Déjame que te ayude- y el lazo se deshizo.

14.10.11

SWEET SEVENTEEN

FELICIDADES

Por tu tiempo, por tus palabras, por escucharme, por comprenderme e interesarte por lo que he vivido hasta hoy, y porque sabes también hacia donde encamino mi vida. Porque sabes cuáles han sido mis sueños, y cuales se han quedado sin cumplir. Porque conoces la mayoría de mis pensamientos y porque me haces reír. Porque te interesan también mis tonterías, y todas las cosas que te cuento cuando incluso tú estás cansada! Por ofrecerme tus puntos de vista, por regalarme tu comprensión, por lanzarme las palabras más necesarias, por calmarme cuando mis ojos lloran, y por aliviarme el dolor cuando notas que estoy sufriendo. Por alargar mis carcajadas . Por ser mi compañera de alma en los últimos 3 años... por ser tú y por haber empleado todo tu tiempo en conocerme, en saber quien soy, y en quererme. Eso es muchísimo. Por eso te doy las gracias, Y  que cumplas muchos, muchísimos mas.











-marisa-1999-

10.10.11

spirit

Soy de ésas a las que les gusta salir de noche a tomar el aire y reflexionar. Muchas veces me gustaría tener un registro mental que funcionara como un cuaderno, para no olvidar nunca todas esas cosas que de verdad me resultan relevantes.
Una de ellas es la posibilidad de que al "punto y final" no le sigan otros dos puntos. Con esto quiero decir: ¿los finales son realmente finales? ¿Puede algo haber terminado mientras seguimos con la esperanza de mantenerlo?
Quizás sí. Pero quizás es una palabra demasiado relativa. 
Yo diría, no obstante, que los finales no existen. Quiero creer que siempre hay un todavía, una excepción a las reglas morales. Claro que también es cierto que pasar cinco minutos conmigo es descubrir que soy una persona anti-moral, anti-gente sana, anti-gente ordinaria. Por eso prefiero pensar que todas las personas son unas bastardas, unas extraordinarias bastardas con el control suficiente como para poner otros dos puntos a cualquier punto y final.


Carmen

8.10.11

ruido

El ruido de las olas del mar a media tarde. El ruido del teléfono y el ruido de esa voz que tanto querías escuchar. El ruido de ese "buenos días" que tanto te agrada. El ruido del beso que te deja adormilada. El ruido del despertador cuando comienza un nuevo día. El ruido de esa canción que no dejas de escuchar porque te recuerda un momento, o te define ese deseo que tú quisiste vivir. El ruido de esa lagrima que está cayendo y ni siquiera tú sabes por qué. El ruido de esa carcajada que te provocan los demás. El ruido de esa fotografía que rompiste porque querías romper con un recuerdo. El ruido de esa nueva lagrima que nace, esta vez, porque te diste cuenta que al romper una fotografía, rompes solo eso, un trozo de cartón de 10x15 centimetros y que con ello no consigues borrar un recuerdo. El ruido de otra lagrima, y el silencio...Porque ya te has quedado dormida. Ya estás soñando. Ahora los ruidos los escucha tu inconsciente, y tu sigues dormida. Y no quieres despertar. Pero sabes que amanecerá, y que los ruidos seguirán dandose. Y seguirás acudiendo al mar, a escuchar esas olas verdealuzadas llegar a la arena húmeda...
Y seguirás escuchando las palabras de un niño que te pida disculpas por haberte golpeado con su balón favorito, y seguirás escuchando la radio cuando te sientas sola, y seguirás escuchando todas esas cosas que otro día ya escuchaste...pero que por ser otro dia, ya es diferente. Ya es distinto.Pero los ruidos se repiten...y a veces sigues sintiéndote sola, y nostalgica. Y de nuevo esa soledad te ahoga y los ruidos aun mas... Otras veces, en otras ocasiones, tus oidos agradecen el sonido que emiten esos ruidos, y que tanto te tranquilizan... Quédate en esa roca plana, escuchando esa ola que está a punto de morir, quédate con esa voz tierna de ese niño que apenas te llega a la rodilla. Quédate con todos estos ruidos...quédate contigo misma, y no te abandones... 
















-marisa-1999-

7.10.11

chicles de colores

Escucho atentamente sus palabras creadas entre sonrisas y muecas que evidencian claramente felicidad. Una felicidad pura, envidiable, sana, tan sana, que parece hasta eterna. Escucho atentamente sus momentos, escucho parte de su vida, y en mí aparecen también sonrisas, de emoción, de ternura. Sonrisas que me hablan, sonrisas que me dicen “qué bonito es lo que estoy viviendo, y qué bonito es lo que me hace vivir”. Ella sabe que tiene mucha suerte. Ella sabe que le ha ocurrido lo más precioso que puede ocurrir en la vida: que te regalen amor, que vuelquen en tu vida toda la pasión, toda la dulzura, toda la ternura... Y todo comienza en una galería, comienza una mañana en una galería donde ella comienza a admirar fotografías cuyo dueño, poco a poco, pasa de ser un desconocido a una persona muy, muy agradable. No sabría decir qué es lo más entrañable de todo esto, pero sin duda, yo me quedo con la gran bolsa de chicles de bolas de colores. Él le regala palabras todas las mañanas y todas las noches. Y también por las tardes, jamás, jamás se olvida de ella; y ella lo sabe. Y a ella le encanta vivir, y vive sonriendo porque siempre sabe qué está pensando en cada momento, y es que a cada momento está pensando en ella, en el azul de sus ojos, en su pelo claro, en sus brazos infinitos... A ella le hace feliz su voz. Su voz, la que le deja en ocasiones preciosos mensajes de voz en el contestador. Ella sigue viviendo y sigue contándome que él es diferente. Pero esta vez la palabra diferente es buena señal. Y él lo daría todo por un beso más, lo daría todo. Él volvería a perder un billete de tren, lo volvería a sustituir por un billete de autobús, volvería a desatender sus obligaciones para disfrutar de más tiempo, de más minutos y más horas a su lado. Volvería a hacerlo todo otra vez, a comprar bolas de colores, a colocarle los mechones de pelo, a acariciarle. Y ella lo sabe, y sólo por eso, sabe también que puede sonreír al introducirse en la cama y arroparse con las sábanas que un día tocaron los dos cuerpos, sus cuerpos. Sus propios cuerpos. Sus emociones. Sus piernas. Sus cuellos. Sus vidas.














-marisa-1999-

25.9.11

con el tiempo

Con el tiempo

Con el paso de los meses encadenados (podría decirse también, años encadenados), he aprendido a reír llorando y a llorar riendo, pero he aprendido, sobre todo, a dibujarme una sonrisa perfecta en mi boca imperfecta a tiempo. Muy a tiempo. Antes. Antes de que las personas adviertan el grado de tristeza y pena que me inunda. El escalón de infortunio en el que me hallo sentada, queriendo esconderme, y pasar desapercibida, agachada, cogiendome las rodillas y sin hacer ningun tipo de ruido. 
Con el paso del tiempo he aprendido a usar corazas, a maquillarme una bonita cara y tapar mis ojeras y mis lamentos. He aprendido también a decorar mi vida con una canción alegre y pasar de puntillas entre todas las personas que me rodean, y pueden presumir de felicidad casi absoluta, o plena por momentos, que viene a significar siempre algo grande, algo que me muero por tener y contar y así sonreír sin tener que acudir corriendo al baño y coger un pintalabios cualquiera y pintarme cual payaso en su escena de rigor para el circo en que trabaja. Así me siento. Pero no quiero pintarme más sonrisas. Ya no. Ha pasado mucho tiempo. Pero también sé que queda mucho para que ya no me queden motivos por los que hacer uso de cualquier pintura y retocarme los labios y enseñarle al mundo que yo también soy feliz.















-MARISA-1999-