3.6.11

GRR

A mí no me enseñaron que el alcohol y la sal no era lo único que escocía e las heridas. No recibí alguna lección perdida. No escuché la palabra adecuada para hacerme de hierro. No vi en ningún escaparate la coraza de metal que me hacía falta. No sé nada de salvación, no soy capaz de salvarme. Supe siempre el calor que puedes recibir de un beso pero no el frío que puedes recibir de unas manos que ya no sienten y de una voz que ya no te llama porque no te necesita. No me regalaron el diccionario de las palabras suaves y delicadas para pronunciármelas a mí misma, y quedarme tranquila. No sé trazar un camino en una gran cartulina blanca. Y creo que ya es el momento de saber 









                             
                                       -MARISA-1999-

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